Reflexiones en torno a Philip Roth

Según Philip Roth (EEUU, 1933) no hay esperanza. Esta vida, tal y como se nos presenta, no deja cabida a la esperanza. Estoy vacío por los sueños traicionados y las personas que desaparecieron, llegó a decir en una entrevista cuando le preguntaron por su obsesión por la muerte. Yo diría que la desesperanza y el humor ácido son la clave de sus libros, la marca que le hace incomparable. Leer un libro suyo te deja agotado pero con ganas de más, te hace reír, odiar y entender por qué es el eterno candidato al premio Nobel: no existe escritor actual capaz de mover los cimientos de una sociedad como él lo hace. Es transgresor con su monólogo íntimo; irónico, ácido, natural e ingenioso con sus diálogos (La lección de anatomía contiene los mejores diálogos que jamás haya leído); crítico con sus libros ambientados en una determinada época política; y duro porque ninguna de sus novelas te permite cerrar el libro con una sonrisa en la cara.

Philip Roth representa, para mi gusto, el tipo de literatura que debe existir. Estoy cansado de entrar en una librería con paredes infestadas de libros para matar el tiempo, libros que contienen historias que no representan nada, ni dicen nada, ni te provocan la más mínima sensación. El 90% de los libros que se venden sobran porque dentro del 10% restante hay un 5% que reproduce exactamente ese 90%. Historias bonitas con final feliz, historias tristes con final de llanto, historias vacías de mil páginas e historias copiadas de otras historias ya escritas. Esos libros pretenden transformar lo cotidiano en una historia de interés. Y no hablo al tuntún, sólo es necesario voltear los libros de “novedades” para empezar a leer cosas como: María es una mujer viuda que acababa de perder a su hijo. Tras unos años de depresión descubrirá, gracias a su psiquiatra, que su hijo sigue presente en todos y cada uno de los pequeños detalles de la vida. // Rubén y Laura son dos jóvenes enamorados separados por la distancia. Él vive en Japón y ella en Italia. Moverán cielo y tierra para encontrarse. // Cristóbal estaba solo, o al menos eso pensaba hasta que un día, cuando iba  cruzar la calle, una ráfaga de aire le recordó aquellos viejos momentos.

Si quieres una historia de amor, lee El Museo de la Inocencia; si quieres una historia triste, lee La sombra del ciprés es alargada; si quieres una historia de amistad, lee Campo de amapolas blancas; si quieres guerra, ahí está el desconocido Denis Johnson esperando a que te atrevas con su Árbol de humo; si quieres novela histórica, lee Guerra y Paz ;si quieres saber lo que es sufrir, lee Los Miserables. Pero si lo que quieres es leer la típica historia de amor, de tristeza o de amistad, por poner unos ejemplos, entra en la primera librería que veas y escoge al azar el primer libro que encuentres en «novedades», por un módico precio de veinte euros tendrás papel con el que limpiar el suelo cuando tras su lectura vomites.

A Philip Roth nunca le he visto en «novedades». Ignoro si en España son muchos los lectores que le leen, o si son muchos los lectores que le conocen pero no le leen, o si es un completo desconocido… me da igual. En España somos malos lectores porque consentimos que gente como Nuria Roca (presentadora TV, o eso dice), Dani Martín (actor, cantante, escritor, guapo… todo un fichaje), Boris Izaguirre (…) o Ana García-Siñeriz (periodista, presentadora y madre que considera necesario escribirnos sus experiencias) publiquen sus pensamientos. Si es que ya lo dice Philip Roth, no podemos tener esperanza en el mundo.

Todo esto me ha recordado a un libro suyo (Zuckerman desencadenado) en el que Zuckerman – uno de sus dos alter ego, el otro es David Kepesh – tiene que huir de un pésimo escritor novel. En esa novela Zuckerman hace de un escritor al que las críticas le han obligado a recluirse en un pequeño apartamento. Ese argumento tiene bastante de autobiográfico ya que Philip Roth, tras la publicación de El mal de Portnoy (1969), tuvo que desaparecer de la escena al recibir una avalancha de críticas por parte de judíos (le etiquetaban de antisemita) y de la sociedad en general (se consideraba que el libro era pornográfico, supongo que por escribir polla, coño, follar y eyaculación, si no no se entiende. De todos modos, ¿qué pasa si es pornográfico?, ¿acaso la historia que narra no necesita de esos términos?). Lo más curioso de todo es que ese libro ahora está considerado como una de sus novelas claves… ¿hay lugar para la esperanza?

Philip Roth ha recibido críticas prácticamente con cada libro nuevo publicado, sin embargo, es considerado el mejor escritor estadounidense y uno de los mejores escritores del mundo. Ha conseguido ser publicado en vida por la colección Library of America, la máxima distinción que puede recibir un escritor en Estados Unidos. Sólo le falta conquistar el Nobel de Literatura, y estoy casi seguro que de aquí a unos años por fin se lo darán.

Por desgracia, Philip Roth se hace mayor y en algún momento morirá. La gran mayoría de los escritores que me gustan están muertos o les queda poco de vida. Pero tengo la esperanza, esta vez sí, de que venga una nueva generación de escritores malditos que interpreten la realidad y no me la cuenten, porque que el cielo es azul ya lo sé yo, y que se llora cuando se está triste también. Necesitamos escritores que rompan con lo establecido, que siembren la duda para recolectar las respuestas, que su lectura no esté hecha para pusilánimes y que con sólo una frase puedan ponerte los pelos de punta.

16 comentarios en “Reflexiones en torno a Philip Roth

  1. totalmente de acuerdo contigo, hace tanto tiempo que no encuentro en una librería mas que eso: ganas de vomitar y desesperanza, que la necesidad de volver y volver a los clásicos ya parece una obsesión.

  2. Que pasa DD! No había leído tu blog. Bueno, espero ver pronto un comentario sobre «La vida de Ivan Denisovish» de Solzhenitsyn o «Archipielago Gulag», aprovecha ahora porque son tres ladrillos de los que a ti te gustan y vas a necesitar tiempo. Bueno, el discurso de Anguita también me ha gustado, fíjate que yo esta mañana andaba dándole vueltas a eso que ahora dicen algunos: «Tú no te quejes que tienes trabajo». Yo precisamente creo que es al contrario: «Quéjate tú que tienes trabajo que te da de comer, que yo ya tengo bastante con buscarme el sustento». A ver si me veo lo de Yuri que tiene buena pinta. No conozco a Philip Roth, pero me ha picado la curiosidad con tu comentario. Seguramente tardaré en leerle tanto o más de lo que tu tardarás en leerte «Un Héroe de Nuestro Tiempo», ya sabes que aún sigo ahí dandole caña a Tolstoy, Dostoevsky y «Chope» a muerte, no sé, si me gusta un autor quiero leer sus libros, no sólo 3 o 4 y pasar a otra cosa. El caso es que los ejemplos que has comentado de novelas de amor, o historias tristes junto con el articulo sobre Etxebarria y los premios, a veces inmerecidos, me ha hecho recordar un artículo que leí hace tiempo de Vargas Llosa en el que defendía las «novelas» de Stieg Larsson. No he leído a Vargas Llosa (y después de el lamentable artículo ni loco) tampoco a Stieg Larsson. Sin embargo, sí tuve el gusto de ver la adaptacion cinematografica de su primera novela «Los hombres que odiaban a las mujeres». Cierto que las adaptaciones cinematograficas son peores que los libros sin embargo te dan una idea del argumento y las impresiones que saqué de la pelicula, al contrastarlas con las de gente que había leído el libro fueron correctas: morbo barato y estereotipos.

    Este es el link al artículo de Vargas Llosa: http://elpais.com/diario/2009/09/06/opinion/1252188011_850215.html.

    Y esta es mi opinión de su artículo: Se puede leer al comienzo «Comencé a leer novelas a los 10 años y ahora tengo 73. En todo ese tiempo debo haber leído centenares, acaso millares de novelas, releído un buen número de ellas y algunas, además, las he estudiado y enseñado. Sin jactancia puedo decir que toda esta experiencia me ha hecho capaz de saber cuándo una novela es buena, mala o pésima y…»

    Sólo diré que en ningún libro de los que he leído (no tantos como él, pobre de mi) hasta la fecha he encontrado una justificación tan patetica. Dostoevsky no te dice cuando empezó a leer ni cuantos libros, pero cuando en un libro que relata su viaje a Europa recomiendo «El último día de un Condenado a Muerte» como el mejor libro escrito por Victro Hugo. Entonces, tu vas a la libreria dónde un librero experimentado te mira con cara de póker. En ese momento te das cuenta de que el tío se ha leído muchos libros. Su explicación de por qué es sencilla, no necesita emborronar una pagina de periodico: en su opinión, es un análisis psicológico estremecedor sobre lo que se le pasa por la cabeza a un condenado a muerte. (Dostoevsky sabía bien de lo que hablaba ya que en su juventud fue condenado a la pena capital por actividades revolucionares, fue finalmente conmutada por presidio en Siberia, tras el cual escribió uno de los mejores libros que jamás he leido: «Recuerdos de la casa de los muertos», a Tolstoy por lo visto se le saltaron también las lágrimas al leerlo). Se acabó. Ni un párrafo.

    Vargas Llosa sigue argumentado que los personajes le recuerdan a los justicieros clásicos como Quijote, Tirant lo Blanc etc. No recuerdo ahora de quién es esta cita pero ahí dejo el recado, el Señor Vargas Llosa no lo leerá pero bueno, estará muy ocupado leyendo algún bodrio en lugar de reeleerse (como él dice al principio) un buen libro: «La gente prefiere lo nuevo a lo bueno».

    Después dice que el libro desmitifica la sociedad escandinava. Vaya novedad. Parece ser que el señor Vargas Llosa no se ha topado, o se ha olvidado de «England made me» de Graham Greene. Libro que, al terminarlo, no te quedan ganas de volver a leer, no por lo malo sino por la dureza del final y la historia.

    Además, me parece que no hace falta leerse miles de libros, tal vez algunas centenas, no más, para formarse una idea de lo que es la LITERATURA. Lo que sí creo es que hace falta leer a un autor con interés y a ser posible leer todos sus libros para intentar tener una vision general de su obra. En otro artículo, el Señor Vargas Llosa, hablaba, como si de una inmensa novedad se tratase, de los libros más filosóficos de Tolstoy. Vaya hombre, solo se había leído Guerra y Paz y Anna Karennina por que era lo que explicaba en sus clases de literatura? Yo personalmente aún no me he leido ninguno de los anteriores (que lo haré) pero al poco teimpo de comenzar a leer a Tolstoy ya me había leido alguno de sus ensayos filosoficos/religiosos/morales o como se los quiera calificar.

    Fin de mi opinion.

    • No me importan las entrevistas de un escritor, me interesan sus libros, el traje que lleve en ellas me da igual….solo espero que se desnude cuando llegue a casa y se enfrente al papel en blanco. Vargas Llosa es un buen escritor, al menos en el único libro que me leí de él, La guerra del fin del mundo, nos enseña porque es malo el fanatismo, en cualquiera de sus formas temibles.

  3. No quiero dejar de compartir con los presentes una de esas frases, mas bien un párrafo, que como dice DD te ponen los pelos de punta (especialmente si has estudiado ciencias):

    «He quí también unos árboles cuya rugosidad conozco, un agua que saboreo, esos perfumes de hierba y de estrellas, la noche, ciertas tardes en las que el corazón se dilata, ¿cómo iba a negar yo este mundo cuya potencia y cuyas fuerzas experimento? Y sin embargo toda la ciencia de esta tierra no me dará nada que me garantize que este mundo es mío. Me lo describís y me enseñáis a clasificarlo. Enumeráis sus leyes y, en mi sed de saber, admito que son ciertas. Desmontáis su mecanismo y mi esperanza aumenta. En último término, me enseñáis que este universo prestigioso y abigarrado se reduce al átomo y que el átomo mismo se reduce al electrón. Todo esto está bien y espero que continuéis. Pero me habláis de un invisible sistema planetario donde los electrones gravitan en torno a un núcleo. Me explicáis ese mundo con una imagen. Reconozco entonces que habéis ido a parar a la poesía: nunca conoceré. ¿Me da tiempo a indignarme? Ya habéis cambiado de teoría. Así, esta ciencia que debía enseñármelo todo termina en la hipótesis, esta lucidez se sume en la metáfora, esta incertidumbre se resuelve en obra de arte. ¿Que necesidad tenía yo de tantos esfuerzos? Las suaves líneas de estas colinas y la mano de la tarde sobre este corazón agitado me enseñan mucho más. He vuelto al principio. Comprendo que aun cuando pueda, a través de la ciencia, captar los fenómenos y enumerarlos, no por ellos puedo aprehender el mundo. Aunque hubiera seguido con el dedo todo su relieve, no sabría más que ahora. Y vosotros me dais a escoger entre una descripción que es cierta, aunque no me enseña nada, y unas hipótesis que pretenden eseñarme, pero que no son ciertas»- Albert Camus en «El míto de Sísifo»

    Y ahora, una colleja para que necesite leerse 100 libros para saber que lo que hay arriba escrito es para ponerlo en un marco.

    Espero que os haya gustado tanto como a mí.
    Un saludo

    • ¡Qué bueno lo de Camus! Apuntada queda la recomendación del libro. Ya sabes, lo pondré al lado de «El héroe de nuestro tiempo» para que ambos me miren cada vez que me levanto.
      Yo también prefiero leer mucho de un solo autor, aunque a veces tengo a varios a la vez, tres o cuatro de los que no salgo en un tiempo. Últimamente estoy intentando no leer a escritores «muertos» porque empiezo a pensar que vivo en el pasado.
      En cuanto a Vargas Llosa…parece que ha involucionado tanto como lector como ideológicamente. Decir que cuando era niño leía a Dickens, Dumas y Víctor Hugo, y después alardear de sentir lo mismo con Larsson, tiene tela. Bueno, por lo menos admite que está mal escrito. Yo comencé a leerlo y duré dos páginas, no podía soportarlo.
      Soy un desgraciado como tú que no se ha leído mil libros, pero sé que los que he leído han sido escogidos a conciencia, y puedo alardear (cosa que Vargas Llosa ya no 😉 ) de no haber leído «basurilla», así que en cuanto cae en mis manos algo que no se parece a lo que he leído, va directamente al lugar que le corresponde.
      Bueno, también habrá que decir algo a favor de él. He leído algunos de sus libros y merecido tiene el Nobel, pero cada día le soporto menos por artículos como el que tú has comentado.
      un saludo

      • Mi madre también lo ha leído y me dice que escribe bien. Yo como no lo he leído pues solo me meto con él en lo que conozco pero es que los artículos, al menos los que yo he leído, son para tirarse por de los pelos… Comentario sobre Camus: El míto de Sísifo es un buen libro, pero no es el libro por el que se debería comenzar a leer a Camus. Yo lo leí al principio de curso y desde luego que lo volveré a leer pero tiene muchísimas referencia cruzadas, muchísimas: Kierkegaard (cuyos libros tengo en casa esperando al verano), «Los poseídos» de Dostoevsky que me leí el verano pasado sin saber de lo provechosa que me iba a ser más adelante, «Diario de un Escritor» también de Dostoevsky y además discute a Don Juan (que me lo enviaron la semana pasada). Lo mismo me pasó con «La insoportable levedad del ser» de Milan Kundera, en la primera pagina: «Según Nietzsche el Eterno Retorno….» vaya hombre, pués habrá que leerse a Nietzsche. Anda! Pero si Nietzsche mama mucho de Schopenhauer y así seguí hasta que decidí comenzar hace varios años, durante los veranos de la carrera, a leerme los libros de Platón de mi padre. En algún momento hay que cortar, por que uno tiene que comer, dormir y estar con la gente pero bueno, se hace lo que se puede.

        Volviendo al tema que me enrrollo, aunque esto ya te lo dije en un email lo voy a poner aquí también por la gente que pueda seguirlo y le se de utilidad: ¿Puede uno leerse El mito de Sísifo sin haberse leido, por ejemplo, los Poseidos? Por supuesto. Camus, introduce cada personaje que comenta y te pone en situación, por supuesto siempre es mejor si lo has leído tú y así recuerdas los diálogos etc pero no es absolutamente indispensable.

        A mi me gusta empezar la casa por los cimientos y creo que es buena cosa intentar leer las obras de un autor en un orden que se ajuste al cronológico lo más posible.
        Para Camus: «El revés y el derecho» (Alianza editorial, el libro también contiene su discurso en al Ceremonia de los Nobel) depués un libro mucho menos conocido pero absolutamente indispensable para seguir a Camus: «La muerte feliz» y a partir de aquí lo típico: «El extranjero» etcétera…

        Camus, para mí ha sido un verdadero descubrimiento: es, como dice Salinger en el «Guardián entre el centeno», el tipo de escritor cuyo teléfono te gustaría tener para poder llamarle de vez en cuando: muy humano, en el mejor sentido de la palabra. Y muy crítico. Tras la segunda guerra mundial cuando se conoció lo que sucedía en los Gulags de la URRS fué el primero en dar un paso al frente para condenarlo, siendo él un hombre muy de izquierdas y, ahora me bailan las fechas, siendo también o habiendo sido miembro del partido comunista. Eso, al parecer, le hizo romper su amistad con Sartre que prefirió (junto con Bertrand Russell entre otros) mirar hacia otro lado para no verse forzado a reconsiderar todas sus ideas, Solzhenitsyn dedica a ambos un par de notas en su Archipielago. Era Argelino de nacimiento pero de ascendencia Alsaciana (padre) y Menorquina (madre) y por lo visto siempre se sintió muy unido a España e intentó no perder esas raices en la medida de lo posible. Su padre murió cuando él era muy niño y su pobre madre era una mujer casi sorda y analfabeta que se ganaba la vida fregando escaleras. Asi que Camus, como Dostoevsky, creció en un ambiente bastante pobre. Su profesor de filosofia, creo, le animó mucho durante su juventud a escribir y ¿ahi está!

        Pues lo dicho, a leer a Camus. Un saludo

  4. ¡Fran! ¡eres un grande! He de decir que yo no hago de la lectura un estudio detallado de cada autor y su obra, sé que a tí te gusta exprimir a cada uno de los autores, pero creo que no es necesario leer todo lo que alguien ha escrito para disfrutar de sus obras (claro que no es su obra completa), sino que es una opción. En realidad esto es sólo una opinión basada en gustos personales, y para gustos, los colores. Es decir, que en cuanto a la lectura, me remito a una entrada de este blog sobre un libro de Daniel Pennac en el que se citan los »derechos del lector». Básicamente: el que quiera leer cien veces Guerra y Paz, que lo haga y disfrute con ello. El que quiera dejar un libro a medias, que lo haga. Y así con sucesivas cosas.
    Pero que quede claro que la mala literatura o más bien mala escritura de algunos de los citados ya en este blog, no entran ni a debate.
    PD: Hay algún escritor vivo que está bien y te gustaría 😉
    Un saludo!!

    • Heey! Sí claro, ese libro quiero leerlo, el de los derechos del lector, me gustó el comentario y parece un libro entretenido. Totalmente de acuerdo, yo tampoco me leo absolutamente todo, aqunque de los que me gustan, poco dejo sin leer. De Schopenhauer he dejado por ejemplo uno que se titula «Sobre la visión y los colores» es como de física, en fin, ya me dirás tú, si no es por curiosidad, para que voy a leerlo. Con esto de los escritores vivos y muertos es lo que dice diego, a mi me recuerda a la película «El indomable Will Hunting» cuando el psicólogo le pregunta quienes son sus amigos y Will le recita una lista de escritores. Luego le dice el psicologo que todos sus amigos están ya muertos y que, a no ser que monte un sesión de espiritismo, lo lleva difícil para comunicarse con ellos. ¿Que escritor vivo sugieres ademas de Philip Roth? Que no sea Vargas Llosa por favor.
      ¡Me quiero leer tambien a Kafka, Zola y Céline! Mi madre ya me dice que cuando me voy a leer un libro alegre y yo le digo que a mi me gustan los libros realistas o de fantasia (Mitología, el Señor de los Gramilos, Rey Arturo) y que la realidad es dura, asi que un libro realista alegre es una (voy a usar ese vocabulario tan culto que uno aprender en los libros de filosofía) contradictio in adjecto (como un cuadrado redondo). Bueno marcho a estudiar un poco que estoy hasta las narices, que ganas de hacer los examenes. Dentro de poco voy a leer «Down and out in Paris and London» de Orwell. Le volveré a dar un repaso al capítulo sobre inglaterra de «Winter notes on summer impressions» de Dostoevsky y ya os contaré luego mis impresiones sobre la pútrida Albión desde la que ahora os escribo. A cuidarse.
      PD: Esta mañana mientras me hacia el desayuno etc me he puesto el discurso de Anguita 😀

  5. Enlaze a un breve documental (10 minutos) sobre Camus y Sartre que explica lo que comentaba arriba:

  6. Excelente entrada sobre Roth y, en general, sobre literatura. Ojala haya más lectores como tú. Estoy contigo absolutamente en el sabor que una novela, como las que escribe el autor judío, debe quedar en el lector, al cerrar el libro. A mí me pasó en su día con Kafka, claro, y Camus, Tolstoi, Dante, Safo, Chacel, Montaigne, y tantos… En España, actualmente, el pesimismo irónico y hasta hilarante sobre la realidad actual lo encuentro en Luis Goytisolo. Me gustaría saber tu opinión si lo has leído. Aparte de «Antagonía», las obras que empiezan con «Liberación», «Diario de 360º» y «Oído atento a los pájaros». Demoledora radiografía del mundo que vivimos.
    Me encanta tu blog y me abono a él. Gracias.

    • Muchas gracias por el comentario. Hoy parece que los lectores de Roth estamos de celebración.
      Pues no, no he tenido la oportunidad de leer a Goytisolo. Es tan larga la lista y tan poco el tiempo que a veces agobia. Seguirá pendiente y algún día le dedicaré una entrada por aquí.
      un saludo

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  9. Muy buena síntesis de toda una literatura, está claro que este hombre no se ha sentado al rincón de escribir para contarnos una historia, sino para darnos una bofetada y despertarnos…se lo agradezco enormemente, me estaba quedando dormido y tenía una pesadilla, una novela épica me perseguía a donde quiera que fuese. Una vez leí a Harold Bloom, en su ensayo ¿donde está la sabiduría?, que la literatura se reducía a 10 autores originales en toda su historia, ciertamente me parece exagerado, pero no iba mal encaminado. Leer un libro nos tiene que dejar exhaustos, y con la cabeza llena de más preguntas que respuestas, Philip Roth lo consigue, y bucea hasta el corazón del personaje, hasta donde está su deseo, su motivo para pasar a la acción y cuáles fueron las circunstancias que lo llevaron allí.
    Estoy a sesenta páginas de terminar “La mancha humana”, y ha sido un fantástico descubrimiento.
    Gracias y un saludo.

    • Yo cada vez que vuelvo con Philip Roth descubro algo nuevo. Llevaba meses sin leer nada suyo hasta que hace unas semanas empecé «La contravida». Siendo admirador suyo, tengo que admitir que no conocía esa novela y me está dejando con la boca abierta. Mezcla personajes, narradores… en fin, juega con todos los elementos como nunca antes había leído en ningún otro autor.

      un saludo y muchas gracias por el comentario

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