Muchos obstáculos se encontraron las mujeres cuando pretendieron introducirse en uno de tantos mundos de hombres, el jazz. Sometidas a un arcaico concepto de mujer, lucharon por desprenderse de las ataduras y reivindicar un espacio en la escena, algo realmente complicado.
Los locales de jazz estaban regentados por hombres que no entendían la intromisión de la mujer en su mundo, la sociedad veía con malos ojos la mezcla de sexos en clubes nocturnos donde una música – no del todo aceptada – era interpretada hasta altas horas de la noche, los propios músicos rechazaban a las mujeres pensando que éstas iban a quitarles el trabajo y los críticos huían como ignorantes de la palabra dedicada a la mujer. Todas esas razones, enmarcadas dentro del concepto que se tenía de mujer, hicieron que muchas de aquellas músicas pasaran a un inmerecido olvido.
Son conocidas las interpretaciones vocales de Billie Holiday, Sara Vaughan o Ella Fitzgerald, pero son desconocidas para el público no especializado las instrumentistas Edna Thomas, Lovey Austin, Lil Hardin, Melba Liston o Mary Lou Williams. El estereotipo de mujer sólo permitía que las mujeres lucieran sus voces y ofrecieran un espectáculo de entretenimiento. La composición instrumental, el sentarse frente a un piano, soplar un trombón o una trompeta no eran disciplinas femeninas.
Las mujeres instrumentistas tuvieron que esperar a la Segunda Guerra Mundial para tomar más espacio en el escenario. Muchos instrumentistas masculinos fueron enrolados en el ejército y las mujeres aprovecharon la ocasión para darse a conocer. Así nacieron las orquestas: Ina Ray Hutton and Her Melodears Orchestra y The International Sweethearts of Rhythm, constituidas únicamente por mujeres. Esto, sin dejar de ser un logro, no era una conquista de la mujer en el jazz. La conquista la alcanzaron algunas de esas mujeres que tras escapar de las orquestas consiguieron introducirse en grupos masculinos, como la pianista Mary Lou Williams que arregló composiciones y tocó junto a Benny Goodman, Dizzy Gillespie o Duke Ellington. Hay que destacar el caso de Mary Lou porque contribuyó al desarrollo del jazz durante los sesenta años que estuvo en activo.
Hoy en día la mujer está totalmente incorporada al mundo del jazz. Sin embargo, no hay que olvidar que la realidad que vivimos no es producto del azar. Muchas mujeres lucharon por tener un hueco en el escenario, ya fuera de cantantes, compositoras o intérpretes. Esas mujeres, las que abrieron el camino, hoy día son desconocidas para la inmensa mayoría. El deber de nosotros es colocarlas en el lugar que les corresponde.
Para finalizar, dejo un corte de Mary Lou Williams interpretando “Little Joe From Chicago”, una de sus aclamadas composiciones.